Algunos dias atrás recibí en mi buzón -además de las cotidianas facturas- una hermosa postal en vuelo directo desde Portugal.
En la escuela, mi hija aprendió todo lo relacionado con las cartas y se enviaron una entre los compañeros a través del correo. Esto la entusiasmó y decidió ecsribirles a sus amigas.
Cuando era chica, organicé un club de corespondencia para pelirrojos. Fue un éxito.
Cada día llegan a nuestros buzones virtuales muchos correos electrónicos, pero se perdió el placer de escribir y recibir una carta en papel. Una hoja con la letra de un amigo, las lágrimas de alguien que nos extraña o el perfume de quien nos seduce...
Para mi, una pena...
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