4 de julio de 2010

Libros con libros

Con “El librero de Kabul” finaliza mi propio reto literario: leer cuatro libros cuyos protagonistas sean ellos mismos.

“El lector”, “Firmin”, “La ladrona de libros”. Todos hablan de los libros como salvadores, como el escape perfecto a guerras, tanto internas como externas. Cada uno de los protagonistas –humanos o animales- se encuentra cara a cara con la muerte, la propia, la ajena, alguna más amistosa que otra, y todos toman al libro como escudo para hacerle frente.


En cambio en “El librero…”, los libros son sólo salvación para un personaje, para el resto es sólo una condena a una vida que no desean y que en algunos casos llegan a odiar.

Pero para ninguno de nuestros personajes, los libros pasan con indiferencia por sus vidas, salvación o condena, para todos tienen un significado importante en su realidad.