6 de marzo de 2009

Algo sobre mi madre - Gabriela Acher

Tenía ganas de leer algo divertido, ¿y qué mejor que un libro de Gabriela Acher para pasar el rato? Había escuchado alguno de sus monólogos y realmente me esperaba una lectura liviana para pasar el rato, reirme un poco y no pensar demasiado.

Gran error. Me reí sí, mucho. Sus descripciones de la idishe mame (y su aclaración de que no es necesario ser judía para ser una, ya que todas las madres tenemos el potencial), los diálogos con su madre, con sus amigas, con su hijo…realmente son muy divertidos y hacen pensar un poco en nuestros propios diálogos. ¿Cómo una madre puede decir eso? Lo dice, y lo hemos dicho…o lo hemos pensado y nos dio miedo que esas palabras salieran de nuestras bocas…¡qué va a decir la gente si yo digo lo que pienso! Todas las madres tenemos momentos de debilidad…

Gabriela Acher nos hace viajar por un camino de lo más agradable, fundamentalmente cuando logra hacernos sentir que no somos tan malas madres como lo creíamos…

Pero, además de las bromas y de las risas, de la ironía y del doble sentido, hay momentos en los cuales la humorista se pone seria. Una piensa que no puede hacer chistes con esos temas, y no los hace.

Realiza planteos serios acerca de temas muy importantes para la vida y la salud de las mujeres, como es el tema del aborto y del acceso a la educación sexual y a los anticonceptivos; del desarrollo laboral y los derechos de las mujeres; de la discriminación femenina comenzando por las religiones y terminando en cada lugar del quehacer cotidiano.

Acher nos hace pensar, reflexionar. Nos da una cucharada de azúcar seguida de una de vinagre. Un vinagre que nos pone en alerta los sentidos y nos prepara para retomar la lucha.

“ABORTO
A ver si nos entendemos:
Nadie puede estar “a favor” del aborto.


El aborto es una experiencia indeseable desde todo punto de vista, que deja marcas en el cuerpo y la psique de las personas, y las mujeres no andamos por ahí deseando el aborto, como se desea la erradicación de la celulitis, por ejemplo. Por lo tanto creo que la sociedad debería agotar todas las instancias para asegurar que las mujeres nunca nos tengamos que enfrentar a esa experiencia, afrontando sin hipocresías, de una buena vez, una verdadera educación sexual y el acceso gratuito a todos los métodos de prevención.

Porque mientras la cultura dominante no asuma la sexualidad de las mujeres, y su derecho a ella como uno de los derechos humanos por excelencia...

Mientras los popes de nuestra sociedad, léase sacerdotes y jueces, que son los que deciden sobre el cuerpo y el alma de las mujeres, no recojan a todos los chicos de la calle, y les den abrigo y familia...

Mientras los hombres en general no asuman la paternidad responsable de sus espermatozoides, ya que si una mujer queda embarazada es porque estuvo con un hombre fértil...

Mientras la sociedad local no cree sistemas de planificación familiar como existen en todos los países civilizados y las mujeres queden embarazadas por falta de información, por fallas en los métodos anticonceptivos, o por falta de acceso a éstos...

Mientras no haya una estructura social que reconozca la importancia extrema de una auténtica educación sexual para las niñas que no esté basada en la culpa, sino en la información y la contención...

Mientras estas chicas sigan siendo adaptadas, utilizadas y embarazadas mucho antes de la adolescencia y se las siga largando al mundo desprevenidas, para luego cargarlas con todo el fardo...

Mientras la ciencia no deje de ocuparse del Viagra, por lo tanto no se ocupe de inventar algún anticonceptivo masculino sencillo y eficaz...

Mientras los hombres en todas partes del mundo dejen de violar a las mujeres, incluso a sus esposas las mujeres sigan quedando embarazadas por violación, por incesto o por cualquier otra clase de coacción sexual... El aborto tendrá que existir.

Y absolutamente todas las mujeres tendrán que tener derecho a él de la mejor forma posible, y en las mejores condiciones de asepsia física y emocional.”

Gabriela Acher, es uruguaya y desarrolló su carrera como humorista principalmente en Buenos Aires. Actuó en importantísimos y recordados programas humorísticos de TV como Telecataplum, Hagamos el humor y Tato diet. Escritora, directora y actriz, recibió numerosos premios, entre ellos el Martín Fierro y el Estrella de Mar.
(Pueden comprar este libro y recibirlo en su casa haciendo click AQUÍ)