14 de noviembre de 2007

El último encuentro - Sándor Márai


El último encuentro - Sándor Marai

Narrativa Salamandra - 1999

Dos amigos. Unidos y separados a la vez por un secreto que lleva ya cuarenta y un años esperando revelarse…



La amistad, la traición, el amor. El orgullo y la vanidad. El miedo a morir. El miedo a vivir. La espera y, por fin, el encuentro.



Con una prosa clara, maravillosa y atrapante, Sándor Márai nos describe el re encuentro de dos amigos tras más de cuatro décadas. El diálogo –casi un monólogo- que se establece entre ellos, nos permite adentrarnos en los sentimientos y la historia que une y a la vez separa a estos dos seres.



Ya ancianos, Konrad y el general se reúnen para, al fin, develar el secreto que los separó en su juventud y que los mantuvo con vida esperando uno conocerlo, y el otro confesarlo.

"(...) ¿qué sentido tiene entonces la venganza?... Esto es lo que pregunta tu mirada. Y yo te respondo y te respondo así: sí, la venganza, contra todo y contra todos. Esto es lo que me ha mantenido con vida, en la paz y en la guerra, durante los últimos cuarenta y un años, y por eso no me he matado, y por eso no me han matado, y por eso no he metado a nadie, gracias a la vida. Y ahora la venganza ha llegado, como yo quería. La venganza se resume en esto: en que hayas venido a mi casa; a través de un mundo que está en guerra, a través de unos mares llenos de minas has venido hasta aquí, al escenario del crimen, para que me respondas, para que los dos conozcamos la verdad. Ésta es la venganza. (...)"

"Hay algo peor que la muerte, peor que el sufrimiento... y es cuando uno pierde el amor propio. Por eso temía ese secreto, ese secreto que era de Krisztina, tuyo y mío. Hay algo que duele, hiere y quema de tal manera que ni siquiera la muerte puede extinguirlo: y es cuando una persona, o dos, hieren ese amor propio sin el cual ya no podemos vivir una vida digna. Simple vanidad, dirás. Sí, simple vanidad... y sin embargo, esa dignidad es el contenido más profundo de la vida humana."

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12 de noviembre de 2007

Comentar libros...

Me gusta comentar libros. Al no ser crítica literaria no lo hago desde la teoría sino desde lo que cada autor, en cada obra, me despierta, me transmite, me hace sentir.

Leo mucho –más de lo que comento, menos de lo que quisiera-, es raro que coincida con los grandes críticos, con los destacados, los canónicos, los que dictan cátedra. Coincido mucho más con los comentaristas, los críticos de a pie. Aquellos que leen con los poros abiertos, los que reciben los textos en carne viva. Los que sufren, aman, disfrutan, odian, ríen o lloran a la par de los personajes. O que odian al personaje por su indefinición, por esa falta de carácter, que, a fin de cuentas, es exclusiva responsabilidad del autor.

¿Es necesario ser un erudito para poder acercase a la buena literatura? (*)


Creo que no, que alcanza con querer saber a dónde nos llevan las letras impresas. Y dejarnos llevar.

(*) qué considero buena y mala literatura quedará para otra entrada