23 de agosto de 2010

Rodolfo Fogwill (1941-2010)


El sábado falleció el escritor argentino Rodolfo Fogwill. Irreverente y provocador. No leí aún ninguno de sus libros, aunque tengo varios en mi lista interminable. En mi caso, es de esos autores que uno va posponiendo porque lo tiene a la vuelta de la esquina, porque siempre habrá tiempo para leerlo.

Ahora sólo me queda acercarme a él como uno más de los autores que ya finalizaron su obra, aunque no por decisión propia, sino por los avatares de la muerte.

Por los comentarios sé que es un escritor que uno ama u odia, no tiene puntos intermedios. Y como buena adoradora de escritores malditos, segurament
e estaré en el primer grupo, aunque ya no podré soñar con cruzármelo en alguna Feria del Libro, o presentación, o charla.

Es una pena que otro artista de su estatura nos abandone. Los últimos años han estado colmados de grandes pérdidas.

11 de agosto de 2010

Por la web

Vía El mal pensante descubro una web bastante interesante: The Book Seer, una página que, a partir de los libros leídos, te recomienda nuevas lecturas.

Íntegramente en inglés hace dos listados de recomendaciones: una de Amazon y otra de la propia web. Yo pedí que me recomendaran, entre otros, a partir de "Firmin". Varios de los libros ya los conocía, pero hubo algunos de autores totalmente desconocidos para mí. Quizás sea una buena herramienta para seguir haciendo descubrimientos literarios.

Una sola cosa me desconcertó, pero quizás ustedes puedan ayudarme: la recomendación de la web fue "El perfume" de Patrick Süskind. Realmente no encuentro la relación...¿alguna idea?

9 de agosto de 2010

Firmin - Sam Savage


Firmin es el típico ratón de biblioteca. Literalmente. Los que amamos los libros y el estudio sabemos lo que eso significa y el poco valor que se le da a esto en una sociedad que da más importancia a la imagen y a lo material que al desarrollo del intelecto. Mirados de reojo, como a un bicho raro, sintiéndose siempre como sapo de otro pozo.


Volvamos a nuestro protagonista, quien es despreciado por su familia y considerado un estorbo para la supervivencia del grupo. Firmin nació en una librería y tiene numerosos hermanos que siempre le ganan de mano a la hora de mamar, dejándole, en el mejor de los casos, los restos de la leche materna. Esta circunstancia hace que nuestro pequeño heroe siempre tenga hambre, y busque un alimento alternativo.


Su hogar está lleno de papel. Fino, grueso, a color o en blanco y negro, con ilustraciones o sólo texto: toneladas de papel que se vuelven -luego de acostumbrarse a su sabor y textura- en su alimento predilecto. Alimento del cuerpo hasta el día en que se da cuenta de que de tanto masticar palabras ellas se le han hecho familiares, han entrado en su organismo y ahora no sólo puede comer el papel para alimentar su cuerpo sino que también puede leerlos para alimentar su espíritu.


Firmin, de Sam Savage, es un libro maravilloso, conmovedor, que llena el espíritu de alegría y amor por los libros y las palabras.


Este pequeño personaje se vuelve grande a través de su capacidad, lo cual le va abriendo puertas que jamás -en su vida de roedor- podría haber imaginado. Los libros le permiten conocer personas imaginarias y, además, relacionarse con un escritor frustrado que será el mejor amigo y compañero que tendrá en su vida.


Escrito con delicadeza, sin golpes bajos ni estridencias, Savage nos invita a participar del mundo de Firmin, tan pequeño y grande a la vez como el mundo que cada uno de nosotros habita.

7 de agosto de 2010

Día del niño entre libros

Aprender cuáles fueron las distintas técnicas de escritura a lo largo de la historia, crear un libro, escribir con pluma sobre papiro, usar una antigua máquina de escribir, conocer y jugar con el sistema de imprenta manual son algunas de las muchas actividades que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires pondrá en marcha para festejar este domingo el día del niño.

Enmarcada dentro de los preparativos de Buenos Aires Capital Mundial del Libro 2011, esta actividad se realizará este domingo 8 de agosto desde las 11 horas en la Avenida 9 de julio.

Una excelente y novedosa manera de festejar el día del niño.


Agosto

Teniendo en cuenta que julio fue un mes perdido para la lectura ya que no logré organizarme, y que junio fue bastante productivo (no lograba leer cuatro libros en un mes desde mis veinte años), creo que la idea del reto personal fue una buena estrategia. En agosto la característica que comparten los libros que elegí es que son autores que nunca he leído antes: Le Clezio, Haddon, Cumming y Bennet.

Si bien todos tienen más de un libro publicado, guiándome por sugerencias, temas e instinto, elegí los siguientes:

* de Le Clezio, "El africano"
* de Haddon, "El incidente del perro a medianoche"
* de Cummings, "Las horas"
(éste contrariando mi precepto de no leer un libro que ha sido adaptado al cine y que ya vi la película, ya me quejaba de esto en el comentario sobre “El lector”, pero como con “El gran Gatsby” tuve una buena experiencia, espero que está se parezca más a Fitzgerald que a Schlink)
*de Bennett, "Una lectora nada común"

Como siempre, ya les contaré que tal me va, espero esta vez poder ir reseñándolos a medida que los leo, ya que aún tengo pendientes dos de las de junio.

2 de agosto de 2010

El lector - Bernhard Schlink

Hanna es una mujer madura, con una belleza particular (“pero entonces no era torpe, sino flui¬da, graciosa, seductora; una seducción que no emanaba de los pechos, las piernas y las nalgas, sino que era una invitación a olvidar el mundo dentro del cuerpo”), cobradora de tranvía que oculta un secreto.

Michael tiene 15 años, vive con su familia, va al colegio y la gusta la lectura. Y oculta un secreto.

Una hepatitis debilita a Michael, se descompone en la calle y es Hanna quien lo ayuda y acompaña a su casa.

Así comienza una historia de amor, pasión, libros y mentiras que se prolongará a lo largo de décadas en una Alemania atravesada primero por el nazismo durante la Segunda Guerra Mundial y luego por el recuerdo de este, que no permite que sea olvidado. Los jóvenes reclaman a sus padres el papel que jugaron durante la contienda. Los adultos prefieren seguir adelante sin mirar el pasado ni su propio interior. No quieren dar explicaciones, ni a los otros ni a sí mismos.

La relación entre la mujer adulta y el adolescente está basada en el sexo y los libros, cuya lectura por parte del joven es requisito previo indispensable antes del encuentro erótico entre los personajes.

Pero un día, Hanna desaparece sin dejar rastro. Michael la espera, la busca, pero ella no regresará.

Los años pasan y el re encuentro es traumático: Michael es estudiante de derecho y presencia como tal uno de los juicios a personas que participaron en el régimen nazi. Hanna es una de ellas.

Luego de transcurridos varias jornadas del juicio, Michael descubre el secreto que tan celosamente y con tanto esfuerzo Hanna ha guardado a lo largo de su vida. Develarlo equivale a salvarla de la condena más dura, pero ella insiste en ocultarlo. Nuestro protagonista se debate entre hablar con el juez y contarle lo que ha descubierto o respetar el deseo de la mujer.

Con el paso de los años, un Michael ya adulto y con una vida hecha –y también deshecha, hay que decirlo- vuelve a leerle a su amor de la juventud, pero esta vez a la distancia.

Mi primer acercamiento a esta obra fue a través de la película dirigida por Stephen Daldry y protagonizada por Kate Winslet, David Kross y Ralph Fiennes. En ese momento me gustó el argumento, la manera de referirse a un hecho tan importante de la historia, los sentimientos y emociones que transmitían los personajes. Pero claro eran tres actores llevando adelante la vida de dos personajes.

La novela me gustó menos. Está bien escrita –no podría afirmar lo contrario-, la historia es la misma -fue respetada a rajatabla lo cual no es lo habitual-, pero quizás el hecho de haberla visto previamente representada en la pantalla grande, le haya quitado parte de la emoción y de la indiscutible tensión que tiene esta historia.

Por esto es que prefiero no leer una obra luego de haberla visto adaptada al cine (aunque hay honrosas excepciones, la mayor parte de las veces quedo defraudada). No sólo me resulta imposible imaginarme a los personajes –ya que tengo el rostro de quien lo interpretó clavado en las pupilas- sino que además no puedo dejar de comparar ambas expresiones y eso me dificulta entablar una relación profunda con el libro.

1 de agosto de 2010

Lecturas de julio: cero

El mes de julio no fue productivo en el tema lecturas como lo había previsto. Ni siquiera logré organizar un reto propio como el de junio. Entre el trabajo y las vacaciones de invierno con los niños en casa (me refiero a niños en plural ya que a pesar de tener sólo una hija mi casa se convierte en la casa del pueblo y tengo visitas por doquier, lo cual me alegra ya que en la casa de mi madre esto era así: siempre había muchos más de los que viviamos efectivamente en esa casa) el tiempo se volvió escaso.

Por otra parte ya están programadas dos de las reseñas del reto de junio: El lector y Firmin, las cuales saldrán una mañana y la siguiente el próximo lunes. Las otras dos (La ladrona de libros y El librero de Kabul) están en producción. Ya llegan, lo prometo.

Espero que estos meses que quedan del año me den un poco de respiro para poder volver a mis adoradas palabras. Las que leo y las que escribo.