Está próximo mi cumpleaños y es hora de hacer balances y propósitos. Como ya comenté en otro momento, a contramano de todo y de todos, mi balance personal no lo hago al final del año calendario, sino al final de cada uno de mis años. Me parece más lógico -siempre siguiendo mi estructura mental- hacerlo de esta manera, ya que es mi vida la que se pone bajo análisis.
Es una tarea ardua que no siempre logro llevar a cabo en forma cabal. No siempre es fácil mirar hacia adentro, mirarse y descubrir - o aceptar- eso que no nos gusta, eso con lo que no contábamos. Ver que hay sueños y deseos que no han podido ser cumplidos. Trenes que pasaron y que ya no volverán.
Pero siempre queda el consuelo de un nuevo año, como una página en blanco donde uno decide cuales palabras escribir.
1 comentario:
Felicidades aunque seaa con un poco de retraso. Texto muy bonito.
Publicar un comentario