Cualquier opinión que uno exprese acerca de la Feria del Libro de Buenos Aires chocará de lleno contra la opinión de otro. Hay quienes la consideran la mejor del mundo y quienes la consideran un desperdicio de dinero. Entre esos extremos, todas las opiniones que puedan imaginarse.
Mi opinión, personal, está entre esos extremos. No creo que sea la mejor feria del mundo, ni la más completa, ni siquiera la más grande en metros cuadrados. Tampoco creo que sea un desperdicio de dinero: nunca el dinero invertido en cultura es un desperdicio.
Pero si creo que se sobrevalora el efecto que tiene la Feria en la producción de lectores. Vemos miles, cientos de miles de personas deambulando por los pasillos del predio de la Sociedad Rural Argentina, mirando los libros de una editorial o las ofertas de una librería. Incluso algunos compran, actividad tan difícil en estas épocas de crisis. Pero el promedio de lectura en la Argentina sigue siendo bajísimo: según el escritor Pacho O’Donnell es de un libro por persona por año.
Entonces, ¿para qué sirve la Feria del Libro? La Feria permite el acercamiento inicial de muchos niños a los libros, los cuales bien guiados son futuros lectores. Muchas escuelas, menos de las deseadas seguramente, la tienen como paseo anual obligado.
Por otra parte, la feria rebosa de actividades culturales. Presentaciones de libros, charlas sobre autores, conferencias acerca de temas relacionados o no al quehacer cultural argentino. Hace unos años escribí que lo más interesante de las ferias son los encuentros con escritores y los diferentes talleres y disertaciones que tienen lugar en ellas. Sigo pensando lo mismo. Estas actividades, si se quiere paralelas, permiten descubrir nuevos pensamientos, facetas ocultas de esos escritores que uno lee, y autores desconocidos que muchas veces nos descubren nuevos mundos.
Comprar libros podemos hacerlo en cualquier momento del año, no necesitamos la feria como excusa para hacerlo. Incluso, si nuestro bolsillo o los caprichos editoriales no nos permiten acceder a un ejemplar nuevo del libro que buscamos, las librerías de usados son una gran oportunidad para acceder a ellos.
Pero sí, muchas veces, la feria es la excusa para traer a un escritor desde el extranjero o desde una provincia. Para presentar a un nuevo autor, joven o viejo, pero nuevo para nosotros. Para poner en un escenario a un grupo de intelectuales que nos den una nueva mirada sobre un tema manido hasta el hartazgo.
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