3 de marzo de 2006

PREESCOLAR

Hace dos días mi hija comenzó preescolar. Lo que significa que –aún a riesgo de parecer ridícula por adelantarme tanto- el próximo año comienza la escuela primaria.

Y tengo sentimientos encontrados. Me pone feliz verla tan grande, sana y feliz después de todas las que tuvo que pasar. Pero por otra parte, siento que me arrancan algo. Ya sé que puede sonar excesivo y hasta fatalista, pero comienza una nueva etapa en la que va a ir volviéndose cada vez más independiente. Y eso me alegra por su desarrollo personal, pero a la vez me genera un dolor y un sentimiento de vacío muy grande.

Como me dijo una muy querida amiga hace un par de años: “empezó a alejarse de vos cuando dio sus primeros pasos”. Duro, terrible, pero tan cierto…

Amo a esta personita con todo mi ser, y lo que más deseo en el mundo es que sea feliz. Y que encuentre su camino.


Estoy con un pésimo humor… debe ser mi reacción… después que lo analice les cuento.

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