23 de noviembre de 2011

Renacida - Susan Sontag (Primera parte del libro)

Hace ya varias semanas (semanas que se convierten en meses) que estoy con “Renacida” de Susan Sontag en mis manos. Mientras tanto, pasaron otros libros que comencé y terminé (como “La llave de Sarah” y “Ana Karenina”, que ya comentaré por aquí), y este primer tomo de los diarios de mi admirada Sontag sigue dando vueltas a mi alrededor.

Si bien aún estoy en la mitad de mi ejemplar, no sé si mi opinión con respecto a él pueda variar mucho (aunque deseo que así sea), salvo que dé un giro de 180 grados.

Hasta el momento no logré engancharme realmente con él. No sé si esto se debe a la edición de su hijo, quien quitó mucho de lo que su madre escribió e hizo que se perdiera el hilo y algunos elementos referenciales; a que Susan Sontag escribió sus diarios, al menos estos primeros años, casi taquigráficamente con las mismas consecuencias; o vaya uno a saber cuál es la razón.

Si bien contiene frases memorables (estamos hablando de Sontag, esto es inevitable), descripciones de momentos excepcionales para su vida, no hay –o al menos yo no lo encontré aún- lo que tanto se promete: un acercamiento a los inicios de la gran pensadora, a las bases que hicieron de ella una gran referente intelectual, a comprender cómo aquella adolescente del inicio se convierte en la mujer increíble del final.

Entre todas las reseñas que leí antes de comenzar con este libro, una decía que esta obra lograba que una amara u odiara a Sontag, pero que no dejaba espacio a la indiferencia. Yo creo que la propia Sontag es quien, a través de su obra y su pensamiento no nos permite las medias tintas, que fue su compromiso con –entre otras- las causas feministas, que logró que ella fuera amada u odiada. Pero no creo que sus diarios –al menos no esta primera entrega- haga que uno cambie su opinión, ni tampoco que aquellos que no la tienen puedan formarse una.

Quien quiera conocerla debe acercarse a sus ensayos, sus disertaciones e incluso sus novelas, no a estos diarios que en muchas casos son más una agenda y una interminable lista de cosas por hacer.

(¿cómo continuará?)


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