22 de enero de 2008

50 libros en un año

A principios de 2007 –mejor dicho a finales del 2006 pero pensando en el siguiente año– se me ocurrió formularme un propósito siguiendo una idea encontrada en la web: leer 50 libros a lo largo del año y hacer su comentario en el blog.

No hace falta decir que la segunda parte de este propósito –la de los comentarios– no la cumplí, basta con chequear los post y se encontrarán con apenas dos críticas.

Tengo que confesar que los libros leídos no alcanzaron, ni siquiera se acercaron, al número deseado (aunque los que tengo en lista de espera superan ese número…con creces). Según mi cuaderno de lecturas, el 2007 acabó con sólo nueve libros leídos… deseo con toda mi alma que alguno se me haya quedado sin anotar (lo cual implicaría que pasó sin pena ni gloria, así que en definitiva, ¿para qué contarlo?).

Para este 2008 no hay metas en cantidad, pero si muchas ganas de encontrar esos momentos de los que disponía antes para leer a mi gusto. No sé si es que estamos en enero –un mes bastante tranquilo en cuanto a trabajo y actividades sociales por estos lares– o que mi intento de organización del tiempo está dando sus frutos, el hecho es que estoy leyendo el quinto libro del año. No es que los esté devorando sin ton ni son. No, todo lo contrario, los leo con tranquilidad, degustándolos, asimilándolos, metiéndome con cuerpo y alma en cada una de sus historias.

No sé con cuántos libros podré establecer relación este año, de lo que si estoy segura es de que voy a disfrutarlos.

19 de enero de 2008

Situación límite

Hace poco más de un mes y medio fui secuestrada en la puerta de mi casa por dos hombres armados. Esa nada agradable experiencia inspiró la pequeña carta abierta a Aníbal Fernández –ex Ministro del Interior, actual Ministro de Justicia- que publico al final de este post.

Comentaba con amigos que cuando me bajaron del auto, lo único que yo hacía era agradecerles. Si, gracias era la única palabra que salía de mi boca. ¿Gracias por secuestrarme?, ¿por apuntarme, por amenazarme?, ¿gracias por robarme? No. En este paisito mío, hoy se les agradece a los delincuentes por no golpearnos, pero por sobre todo por no matarnos.

Tengo que agradecer estar viva, algo que muchísimas personas que pasaron por situaciones similares no pueden hacer.

Dicen que cuando se pasa por una situación límite, cambia la forma de ver las cosas. Si, cambio mi perspectiva con respecto a algunas cosas, si, sobre todo con respecto a las COSAS. Pero hay otras que no. Y la injusticia y la falta de seguridad son hechos sobre los que voy a seguir protestando y reclamando. A todo nivel. Y en todo momento.


Carta abierta al Ministro del Interior – Buenos Aires, 3 de diciembre de 2007

Sr. Aníbal Fernández:

Me dirijo a usted en referencia a sus declaraciones en las que desmintiendo la crisis de seguridad que hoy aqueja a muchas ciudades de nuestro país, se refirió a ella como “una sensación” por parte de la población.

Le cuento que he sentido esa “sensación” en mi propia piel. La “sensación” de que dos sujetos se aparecieron de la nada y me apuntaron con armas de fuego. La “sensación” de que me metieron en mi auto a la fuerza. La “sensación” de tener clavado entre mis costillas el caño de una pistola. La “sensación” de que me pasearon durante más de media hora mientras me exigían dinero y me amenazaban a los gritos. La “sensación” de que me dejaron en plena noche, en una esquina desconocida.

Sr. Ministro, le cuento que somos muchos los que tenemos esta “sensación”. Incluso hay muchos que hoy tienen la “sensación” de estar muertos, mal heridos, la “sensación” de ser viudas o viudos, de ser huérfanos…

Es una “sensación”…espantosa, desesperante, dolorosa…

7 de enero de 2008