19 de enero de 2008

Situación límite

Hace poco más de un mes y medio fui secuestrada en la puerta de mi casa por dos hombres armados. Esa nada agradable experiencia inspiró la pequeña carta abierta a Aníbal Fernández –ex Ministro del Interior, actual Ministro de Justicia- que publico al final de este post.

Comentaba con amigos que cuando me bajaron del auto, lo único que yo hacía era agradecerles. Si, gracias era la única palabra que salía de mi boca. ¿Gracias por secuestrarme?, ¿por apuntarme, por amenazarme?, ¿gracias por robarme? No. En este paisito mío, hoy se les agradece a los delincuentes por no golpearnos, pero por sobre todo por no matarnos.

Tengo que agradecer estar viva, algo que muchísimas personas que pasaron por situaciones similares no pueden hacer.

Dicen que cuando se pasa por una situación límite, cambia la forma de ver las cosas. Si, cambio mi perspectiva con respecto a algunas cosas, si, sobre todo con respecto a las COSAS. Pero hay otras que no. Y la injusticia y la falta de seguridad son hechos sobre los que voy a seguir protestando y reclamando. A todo nivel. Y en todo momento.


Carta abierta al Ministro del Interior – Buenos Aires, 3 de diciembre de 2007

Sr. Aníbal Fernández:

Me dirijo a usted en referencia a sus declaraciones en las que desmintiendo la crisis de seguridad que hoy aqueja a muchas ciudades de nuestro país, se refirió a ella como “una sensación” por parte de la población.

Le cuento que he sentido esa “sensación” en mi propia piel. La “sensación” de que dos sujetos se aparecieron de la nada y me apuntaron con armas de fuego. La “sensación” de que me metieron en mi auto a la fuerza. La “sensación” de tener clavado entre mis costillas el caño de una pistola. La “sensación” de que me pasearon durante más de media hora mientras me exigían dinero y me amenazaban a los gritos. La “sensación” de que me dejaron en plena noche, en una esquina desconocida.

Sr. Ministro, le cuento que somos muchos los que tenemos esta “sensación”. Incluso hay muchos que hoy tienen la “sensación” de estar muertos, mal heridos, la “sensación” de ser viudas o viudos, de ser huérfanos…

Es una “sensación”…espantosa, desesperante, dolorosa…

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