Me gusta el silencio, y como ya lo he dicho más de una vez, la soledad es la mejor de mis compañías cuando no encuentro compañía más inteligente y agradable. El silencio me inspira, escucho sonidos que probablemente no existen, sonidos que invento en el silencio. Palabras que me invento seducida por el viento en mi rostro sin la interrupción de los sonidos de la urbanidad que cada día nos opacan y nos silencian aunque no lo queramos. Es bueno el silencio para encontrarse con los propios pensamientos. Y con los ajenos.
Pero hoy necesitaba música, necesito sonidos conjugados con palabras profundas. De esas que llenan, que curan, que hacen reír, llorar. De esas que hacen sangrar y a la vez cicatrizan.
4 comentarios:
Hola, Sole.
Acabo de descubrir tu web mirando los enlaces salientes de mi blog. Gracias por ponerme en tu lista.
Te seguiré la pista, aunque sea en silencio ;-))) y desde Londres.
Un saludo.
Buscando la (ahora me parece estúpida) imagen de unos dedos tecleando, para poner en el MSN llegué a tu blog. Solo quería decirte esto: leí "Silencios..." y lloré. Tal vez sea q me reconocí de alguna manera, o será cómo me siento en este momento... no lo sé, pero llegaste bien profundo. Interese o no.
Saludos... Dan
Qué difícil es conseguir ese silencio en un país tan ruidoso como el nuestro. Pero qué reconfortante escuchar su sonido, esa quietud mágica que nos invita a soñar... Aunque a veces, como tú, yo también necesito música. No podría vivir sin ella.
Un saludo
Yo también descubrí tu enlace musarañil... gracias.
Me gustó esta visita al silencio.
Ya ves, que desde que me eché una novia argentina casi todo me lleva a ese país, así que... te voy a añadir.
Un saludo.
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