14 de febrero de 2009

Julio Cortázar

El jueves pasado -12 de febrero- se cumplieron 25 años de la muerte del escritor Julio Cortázar. Muchos escribieron ese día sobre él. Su obra. Su vida. Con respecto a ellos no tengo mucho para agregar.

Decir que fue uno de los más grandes escritores que dio la Argentina es no aportar demasiado al debate sobre su obra, pero si creo que es un argumento de peso para que aquellos que no se acercaron a su obra lo hagan. Sin miedo. Cortázar no muerde. Todo lo contrario, te invita con sus palabras a compartir un mundo con personajes tan reales y ficticios como cada uno de nosotros. Un mundo donde Glenda y Lucas conversan con cronopios y famas, mientras La Maga intenta saltar de un cuadro a otro de la Rayuela, sin perder su lugar, y lo poco de cordura que le queda, en Paris.


Hace 25 años, Julio Cortázar moría en Paris. Hace 25 años, con apenas 12 años, yo lo descubría en Córdoba. Esas bibliotecas fabulosas, por lo heterogéneas y de libre acceso de mi madre y de mi abuelo materno, me dieron, también, a Cortázar. Una antología, de cubierta negra y solamente con las letras necesarias para deletrear su nombre, me acompañaron en un verano iniciático en las sierras. Sus cuentos me llegaron al alma. Incluso aquellos que no entendí cabalmente, pero algo en mi interior me decía que entre ese hombre, del cual no conocía aún el rostro, y yo se estaba iniciando una larga amistad.

(Conocedores de mi pasión y admiración por este escritor, suelen preguntarme por dónde empezar a leerlo, y mi respuesta es, invariablemente, la misma: por el primer libro de él que caiga en tus manos. Cortázar, jamás, va a defraudarte. )

Webs sobre Cortázar:

1 comentario:

Sol dijo...

Ah, Cortázar es un genio. Debo confesar que no he leído todo lo que debería haber leído todavía, pero sus cuentos son simplemente excepcionales.