Tengo las uñas pintadas de bordó.
Estaba en segundo o tercer grado. Seis o siete años… máximo. Mi mamá nos llevaba al colegio y en el camino buscábamos a unos vecinos. Dos hermanos, un varón y una chica. Ella me fascinaba. Era toda una mujer vista desde mis escasos años. Pelo lacio, siempre impecable su uniforme, las uñas pintadas de rojo… lista para enfrentar al mundo, su mundo.
Muchas personas tienen cábalas, escudos reales o ficticios con los que enfrentan la realidad día a día.
Cuando necesito encarar al mundo, un encuentro que puede desestabilizarme, una reunión preanunciada como complicada. Cuando siento que el afuera puede volverse hostil –más de lo acostumbrado- me pongo mi escudo: pinto mis uñas de bordó.
Me siento fuerte, impecable, inalterable, lista para la batalla.
Imagen: Boca uñas
Autor: José Gómez Fresquet (FRÉMEZ)
Arte Digital
1 comentario:
La mente es poderosa... Los amuletos funcionan porque creemos en su poder. ¿Y si creyéramos en el nuestro?, ¿no sería lo mismo?...
Un beso grande, Sol.
Publicar un comentario