30 de enero de 2006

LECTURAS DE VERANO

Cuando a este hemisferio se acerca el verano, las publicaciones periodísticas -más o menos masivas, lo mismo da- se dedican a hacer las listas de los libros que hay que leer en los días de calor. Luego de tantos años de frustración, vuelvo a leerlas ilusionada, confiada en que esta vez, el consejo venga de parte de alguien que sepa de literatura.

Y... ¡¡zas!! Otra vez, desilusionada, me dan ganas de ponerme a llorar sobre esa página cruel y blasfema. ¿Qué es lo que ocurre? ¿Se supone que el calor achicharra las neuronas? Estas listas están plagadas de libros del tipo "Los siete secretos para tener un jardín florido".

Siete...¿número cabalístico? Aparentemente, porque es el número exacto para salvar un matrimonio, criar hijos inteligentes, cocinar como una diosa, conseguir el trabajo deseado o destapar un inodoro.

Yo, rebelándome -para no perder la costumbre- hago mi propia lista, y aquí va la del 2006 -se aceptan sugerencias, después del verano llega el otoño y voy a seguir leyendo-:
  • Madame Bovary (Gustave Flaubert)
  • Ensayo sobre la ceguera (José Saramago)
  • Crimen y castigo (Fedor Dostoiewski)
  • Al faro (Virginia Woolf)
  • Orlando (Virginia Woolf)
  • El segundo sexo (Simone de Beuavoir)
  • Moby Dick (Herman Melville)

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