29 de enero de 2006

LA MARCA DE UN NOMBRE

Cada decisión que nos tiene como protagonistas, tomada antes de nuestro nacimiento o en las primeras horas de vida, nos marcan, son como un camino trazado del cual, aparentemente, no podemos apartarnos.

Mi marca personal es mi nombre. No sólo me identifica a nivel social -esa es Fulana de Tal-, sino que además, marcó a fuego mi caracter. ¿Mi nombre? Soledad.

Nada me da tanto placer en el mundo como estar conmigo misma, es decir sola. No soy una persona que necesite estar rodeada de gente y ruido para sentirse bien, todo lo contrario, disfruto como nada la soledad -aunque, por supuesto, no rechazo la buena compañía, la charla inteligente...

No sé si este gusto por no tener gente alrededor determinó mis grandes placeres de la vida, o estos surgieron primero. Yo creo que debe haber venido todo en el mismo paquete.

En la vida amo leer, escribir, el cine -verlo. Todas actividades que necesitan de meterse en uno mismo, dejando al mundo afuera de nuestros sentimientos y sensaciones. Podemos compartir un espacio -una sala de cine, una biblioteca, el sillón más cómodo de la casa o la mesa de algún bar- con conocidos o desconocidos, pero la adquisición o transmisión, la relación con el objeto es individual.

Definitivamente, mi nombre me ha marcado, y ha hecho que sea inmensamente feliz en algunos momentos, e increíblemente desdichada en otros.

1 comentario:

Soledad dijo...

Gracias Lo, y yo te quiero a vos... mucho.